Plan de Intervención - Prácticas
PLAN DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL
CIRCULO DE MUJERES DE SAN JOAQUÍN
ANTECEDENTES
La mujer rural enfrenta varias dificultades, que retardan su desarrollo en sociedad como lo es el acceso a la educación, a los servicios públicos y al crédito (Flores y Sigcha, 2020). La parroquia rural de San Joaquín se encuentra conformada por aproximadamente 3,933 mujeres según una aproximación del último PDOT(2023). A pesar de que la población es grande, en el presente PDOT no se evidencian proyectos dedicados al desarrollo de las mujeres rurales o de la mujer en situación de vulnerabilidad. El único espacio dedicado a esta población es el Circulo de Mujeres de San Joaquín.
Al igual que las barreras estructurales que afrontan las mujeres rurales, también existen las barreras que se presentan en sus propios hogares. Las mujeres además de las labores que realizan en el campo o sus trabajos, deben tomar responsabilidad del cuidado del hogar, los hijos y de sus convivientes. Flores y Sigcha (2020). Las mujeres dedican 9h25min más que los hombres en trabajo doméstico interno, esto aumenta a un 23h05 min más si existen hijos o personas de las cuales hay que cuidar (PDOT, 2022, p.346).
En adición a esta problemática, existe la latente presencia de violencia intrafamiliar. Según el Mercurio (2023), los tipos de denuncia más frecuentes en fiscalía son relacionados con delitos hacia la mujer y violencia intrafamiliar, correspondiendo a un total de 25% de las mismas. Según la Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres realizada por el INEC (2011), Azuay es una de las provincias que mayor violencia registra con el 68,8%, cifra superior al porcentaje nacional de 60,6%; además de que en todos los tipos de violencia presenta niveles superiores entre 2 y 6 puntos porcentuales, siendo más altos en violencia física y psicológica. Finalmente, de acuerdo con la etnia, las mujeres indígenas y afroecuatorianas concentran los porcentajes más altos de violencia 67,8 % y 66,75 % respectivamente (INEC, 2012, citado en Flores y Sigcha, 2020).
JUSTIFICACIÓN:
La familia es la unidad básica de la sociedad, reconocida por su importancia en el desarrollo económico y social de las naciones. Sin embargo, a lo largo de la historia, ha prevalecido el machismo en la sociedad, dando lugar al patriarcado, donde las mujeres han quedado en situaciones de vulnerabilidad, experimentando abuso no solo por parte de sus parejas o esposos, sino también por figuras paternas. La cuestión de la violencia contra las mujeres y los miembros de la familia ha generado numerosos debates a nivel social y legal a nivel global (Ortega y Peraza, 2021).
Según el PDOT de San Joaquín, los datos del censo indican que el 61% de los trabajadores, ya sean hombres o mujeres, se encuentran en ocupaciones que son predominantemente masculinas o femeninas. Contrariamente a lo que podría anticiparse, la segregación ocupacional no ha disminuido a pesar del aumento en la participación laboral de las mujeres. La labor de realizar tareas domésticas sigue siendo predominantemente realizada por las mujeres en casi su totalidad ( Padilla,2023), lo cual indica que existe un menor espacio laboral para las mujeres, afectado negativamente su individualidad económica, influyendo en él porque muchas de ellas sufren violencia al existir también el de tipo económica, por no saber como obtener dinero por sus propios medios, lo cual afecta el no para poder sostener su hogar por ellas mismas, dependiendo de una figura masculina, por el mismo contexto en el que se encuentran.
Con base en esto, en la actualidad, el Gad de la parroquia de San Joaquín ha trabajado en mejorar la calidad de vida de las mujeres mediante la creación de un programa llamado “Circulo de mujeres” con el fin de que crear espacios innovadores para el crecimiento tanto personal como económico, debido a que la mayoría de ellas sufre violencia intrafamiliar, por lo cual, es necesario trabajar en la psicoeducación mediante talleres con temáticas tales como la autoestima, el empoderamiento femenino, e incluso cursos de contabilidad, y de esta forma desarrollen nuevas habilidades y saquen a flote sus fortalezas tanto individuales como grupales que les permitan salir de ese círculo de violencia, trabajando primero en su autoestima y autovaloración para luego dar paso a una autonomía económica mediante emprendimientos.
Por consiguiente, es importante que instituciones públicas como la Universidad de Cuenca y el Gad parroquial de San Joaquín, se inmiscuyan en estos proyectos, para desarrollar una mejora en la sociedad por medio de un trabajo continuo tomando en cuenta especialmente a la población vulnerable, en este caso mujeres, quienes necesitan de espacios de apoyo para poder progresar en diferentes ámbitos de su vida, por ende, es importante ir comprendiendo, abordando y previniendo la violencia de género e intrafamiliar, para fortalecer a las mujeres y empoderarlas, contribuyendo a la disminución de esta problemática social latente en esta parroquia, por lo cual, inicialmente se pretende identificar las necesidades, capacidades y fortalezas de este grupo mediante este plan de diagnóstico psicosocial.
También hay que destacar, que por acción de la lucha de las mujeres, en los años ochenta en Ecuador se empieza a visibilizar la violencia como un problema de salud pública y se logra que tenga un tratamiento a nivel político (Vera, 2020). La Constitución de la República (2008) Art. 155 dispone que:
Las víctimas de violencia doméstica y sexual, recibirán atención prioritaria y especializada en los ámbitos público y privado y que el Estado prestará especial protección a las personas en condición de doble vulnerabilidad (p.19)
Además, en la Ley orgánica integral para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres (2018) menciona que la finalidad del Art. 2 es:
Prevenir y erradicar la violencia ejercida contra las mujeres, mediante la transformación de los patrones socioculturales y estereotipos que naturalizan, reproducen, perpetúan y sostienen la desigualdad entre hombres y mujeres, así como atender, proteger y reparar a las víctimas de violencia (p.8).
DEFINICIÓN DEL PROBLEMA
En el presente plan de intervención psicosocial se busca abordar la problemática de la desunión del grupo de “Circulo de mujeres”, debido a que existe una limitación respecto al número de integrantes del grupo, debido a que asisten solo nueve mujeres, y no se ha logrado que nuevas integrantes puedan unirse al grupo, siendo esto, un desafío que influye de forma negativa, ya que, solo se consideran a personas en estado de vulnerabilidad, sin embargo, muchas de estas personas trabajan en el subempleo y viven al día con lo que ganan, como también por su propia condición de vida, por ende, esto afecta que no puedan asistir a los talleres que se imparten los días martes, debido a que solo se imparten en este día, además del horario establecido, que aunque se busca sea flexible, sigue siendo factor que perjudica que nuevas integrantes logren unirse .
Así también, es importante saber que otra problemática se encuentra en el mismo grupo del “Círculo de mujeres”, debido a que tres de ellas, se ha considerado que ya no se encuentran en un estado de vulnerabilidad, sino más bien se encuentran empoderadas, ya que, han adquirido todos los conocimientos requeridos sobre temas de violencia, parentalidad, inteligencia emocional entre otros. Este factor, influye negativamente en la forma en la que se llevan a cabo los talleres, ya que, se pudo observar que las otras participantes se sienten cohibidas y no pueden realizar las preguntas pertinentes con respecto a las dudas que tienen con relación a la información de los talleres. Afectando a que las otras participantes no puedan seguir de forma adecuada con el proceso de empoderamiento, estancando los objetivos que el proyecto del Gad pretende lograr con las mujeres que forman parte del grupo.
APROXIMACIÓN TEÓRICA
Desde la antropología, el análisis de las mujeres y su abordaje desde el feminismo es un reto que implica una reorientación con múltiples implicaciones teóricas y metodológicas, pues como menciona Castañeda, 2006:
Analizar a las mujeres por sí mismas remite, en primera instancia, a la noción de la otredad tan característica de la antropología, ya que implica dejar de mirarlas como el otro negado no sólo desde la cultura, sino dentro de la misma disciplina, para considerarlas sujetos cognoscentes, cognoscibles, y reconocerlas en su papel de creadoras culturales desde su experiencia como sujetos sociales.
De esta manera, la antropología feminista ha impulsado el desarrollo de abordajes metodológicos que han permitido dar voz a las mujeres y darles existencia en la construcción del conocimiento desde sus aportaciones y su lugar en la cultura. En base a este concepto, Ramirez 2019, menciona que los círculos de mujeres surgieron como un espacio de contención para hablar acerca de la menstruación, el cuerpo y la espiritualidad, en donde primero se realizaban actividades como canto, danza y talleres de diversas temáticas, para posteriormente hablar sobre sus experiencias.
Es así que podemos definir a los círculos de mujeres como espacios muchas veces de carácter efímero que permiten la recreación de las mujeres con base a sus creencias y prácticas y que poseen modelos de organización y funcionamiento colectivo para redefinirse y empoderar a partir de su propia energía vital, cuyo objetivo es transformar las relaciones entre mujeres por medio de la sororidad, el trabajo espiritual, sus experiencias de vida y el cuerpo como un espacio sagrado.
Estas organizaciones poseen además un componente político y emocional ligado a los ejercicios de apropiación corporal, los cuales se expresan a través de la consigna “Mi cuerpo es mío”, que adquiere sentido a través de ejercicios de autocuidado, reapropiación corporal, ejercicios de conocimiento o reconocimiento del goce sexual, el reforzamiento del autoestima, el empoderamiento y la acción colectiva mediante la difusión de los conocimientos adquiridos.
Una de las motivaciones principales para la creación de estos colectivos es difundir a más mujeres los saberes producidos en estos círculos espirituales, de esta manera permiten la resignificación de la relación entre mujeres en donde todas puedan sentirse al mismo nivel, en un ambiente en donde no exista competencia o rivalidad, pues es un espacio en donde pueden sentirse libres para contar sus experiencias de vida, sin importar el nivel de estudios o la edad que tengan.
De esta manera, los círculos de mujeres son considerados círculos de apoyo, que son definidos por Wachtel, T (2013), como:
“Una práctica restaurativa versátil que puede usarse de manera proactiva, para desarrollar relaciones y generar comunidad o de manera reactiva, para responder a las conductas indebidas, a los conflictos y problemas”
En estos espacios las personas tienen la oportunidad de hablar y ser escuchados por otros en un ambiente en donde existe seguridad e igualdad para que cuenten sus historias y ofrezcan sus propias perspectivas. Además, tienen diversos propósitos como el apoyo, sanación, resolución de conflictos, intercambio de información y desarrollo de relaciones, por lo que el círculo de mujeres de San Joaquín es un espacio en donde las participantes podrán compartir sus experiencias y beneficiarse del apoyo que recibirán dentro del grupo.
OBJETIVOS DE INTERVENCIÓN
Objetivo general
Generar un espacio que fomente el empoderamiento de las mujeres, desarrollando habilidades, y reconodiendo potencialidades de las participantes del “Circulo de mujeres”
Objetivos específicos
Estimular tanto las fortalezas y habilidades de las mujeres, haciendo hincapié en sus logros individuales y colectivas.
Desarrollar un subgrupo de mujeres que se encuentran empoderadas para que empiecen sus propios emprendimientos, y sean guías para las demás integrantes que aún se encuentran en proceso de empoderamiento.
Implementar nuevas estrategias que permitan acoger a nuevas integrantes, mediante la flexibilización en horarios y días de talleres.
PARTICIPANTES
Las personas que formarán parte del presente plan de intervención serán las mujeres pertenecientes al Círculo de Mujeres de San Joaquín, las cuales asisten a los talleres dados por el GAD los días Martes.
METODOLOGÍA
Las Coaliciones Comunitarias de Foster-Fishman et al. (2001) se definen como aquel conjunto de personas, agrupaciones sociales, administraciones, recursos técnicos, etc; que desde la cooperación, diseñan e implementan acciones encaminadas a la resolución de sus problemas. Según Himmelman (2001) estas agrupaciones permiten el intercambio de recursos, mejora de la capacidad individual, organizacional y comunitaria para el abordaje de problemas sociales, la creación de un sentido de comunidad, y la promoción del compromiso personal con el entorno. (Blanco y Rodríguez, 2007)
El presente modelo puede ser un referente en procesos de mejora continua, pues se encuentra compuesto por cuatro niveles de análisis: Individual, relacional, organizacional y operativo. A continuación una breve definición de cada uno (Foster- Fishman et al., 2001):
Individual: Habilidades y conocimientos, motivaciones y actitudes, y activación de las competencias individuales.
Relacional: Necesidad de establecer relaciones internas y externas positivas (Clima cohesivo, de confianza, visión compartida, valorar la diversidad, etc.)
Organizacional: Liderazgo efectivo, la asignación y asunción de responsabilidades y roles, un sistema de comunicación eficiente, una orientación hacia la mejora permanente.
Operativo: Competencias para orientar el diseño e implementación de programas.
Las coaliciones comunitarias de igual forma promueven el empoderamiento o empowerment pues se orientan a la mejora de la calidad de la vida, y permiten la participación social por medio de la toma de decisiones (Martínez y Martínez, 2004). El empoderamiento para Zapata, et al. (2002) se entiende como el “proceso que inicia dentro de la persona y que la capacita para autoevaluarse, cambiar, crecer y buscar mayor autonomía”. El componente del empoderamiento es crucial en grupos de mujeres, pues les permiten examinar sus vidas en forma crítica y colectiva, basándonos en un empoderamiento en donde la fortaleza nace desde el encontrarnos a uno mismo (Kabeer, 1998, citado en Delgado, et al., 2010 ).
A partir de el componente de las Coaliciones Comunitarias y el Empowerment Kieffer (1984) propone un modelo de intervención, en el cual se comienza primero delimitando la problemática o provocador, el cual al ser visto como amenazante por parte del individuo este puede generar movilización en un determinado contexto (barrio, trabajo, hospital, trabajo,etc.). El contexto le proporciona de: Modelos de conducta, apoyo emocional y gubia por parte de personas con experiencia en el rubro; Información y apoyo de organizaciones comunitarias ya constituidas para afrontar a la provocación; y una conciencia crítica de las condiciones adversas del entorno que le ayuden a comprender la causa de la problemática. A partir de este apoyo, el sujeto interioriza todas estas experiencias y aprendizajes, generando un cambio en su identidad personal, haciendo que se perciba a sí mismo como líder comunitario, que tiene la capacidad de generar un cambio frente a la problemática o provocación. En la última fase, la persona se integra a organizaciones y desarrolla roles de participación, integra nuevas experiencias e ideas sobre diversas áreas de su vida e identidad personal, y tiene la necesidad de expresar sus nuevos valores y habilidades a través de roles participativos y liderazgo. En este modelo, las coaliciones comunitarias se ejemplifican en la capacidad de constituir el cuerpo social, por ello es relevante el considerar la historia previa de la comunidad en términos de participación y tomar en cuenta las bases existentes (Martínez y Martínez, 2004).
Basándonos en el presente modelo, lo que se busca en el espacio de Círculo de Mujeres es hacer a las mujeres conscientes de sus entornos y sus problemáticas, haciendo que exista un empoderamiento. A partir de ello, las mujeres tengan la capacidad de generar un cambio en sus problemáticas, desde la ayuda del GAD el cual le brindará las herramientas, conocimientos y espacios necesarios.
CRONOGRÁMA
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Blanco, A., & Rodríguez, J. (2007). Intervención Psicosocial. Pearson Hall. http://biblioteca.univalle.edu.ni/files/original/4cd5f06c868876d9423787e65f95adfa44997694.pdf#page=80
Castañeda, Martha Patricia (2006). “La antropología feminista hoy: algunos énfasis claves”. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, vol. XLVIII, núm. 197, mayo-agosto, pp. 35-47.
Constitución de la República del Ecuador.[Const]. Art. 155. 28 de septiembre de 2008. (Ecuador). https://www.defensa.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2021/02/Constitucion-de-la-Republica-del-Ecuador_act_ene-2021.pdf
Delgado, D., Zapata, E., Martínez, B., & Alberti, P. (2010). Identidad y empoderamiento de mujeres en un proyecto de capacitación . http://uaim.edu.mx/webraximhai/Ej-18articulosPDF/13-EmpoderamientoMujeres.pdf
Foster-Fishman, P.; Berkowitz, S.L.; Lounsbury, D.W.; Jacobson, S. & Allen, N.A. (2001). Bulding Collaborative Capacity in Community Coalitions: A Review and Integrative Framework. American Journal of Community Psychology, 29 (2), 241-261
Martínez , M. F., & Martínez , J. (2004). Coaliciones comunitarias: una estrategia participativa para el cambio social. Psychosocial Intervention, 12 (3), 251-267.
Ley 0 de 2018. Ley orgánica integral para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. 05 de febrero de 2018. D.O. SAN-2018-0395. https://www.igualdad.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2018/05/ley_prevenir_y_erradicar_violencia_mujeres.pdf
Ortega, M., y Pereza, C. (2021). Violencia intrafamiliar: la reparación integral como un derecho en el Ecuador. Dialnet, (28), https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8198364
Padilla, D. (2023). PARROQUIA SAN JOAQUÍN CANTÓN CUENCA, PROVINCIA DEL AZUAY. http://gadsanjoaquin.gob.ec/wp-content/uploads/2021/06/PDOT-SAN-JOAQUIN.pdf
Vera, V. (2020). Enfoque de género, violencia de género y políticas públicas: un acercamiento desde las Ciencias Sociales al marco jurídico Ecuatoriano. Revista de Ciencias Humanísticas y Sociales (ReHuSo), 5(1), 21-36. https://doi.org/10.5281/zenodo.6795951
Wachtel, T. (2013). Definiendo qué es restaurativo. Revista del Instituto Internacional de Prácticas Restaurativas, 1-13. Defining-Restorative-Spanish.pdf (iirp.edu)
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