Informe Final

 INFORME FINAL

"CIRCULO DE MUJERES" SAN JOAQUÍN

OBJETIVO DEL INFORME: 

Sistematizar el proceso de investigación e intervención psicosocial, interrelacionando las experiencias de la ejecución del plan de intervención con las categorías o conceptos formulados en el diseño.


2.     RESUMEN EJECUTIVO

El presente informe tiene por objetivo describir el proceso del proyecto “Círculo de Mujeres” dentro de la parroquia San Joaquín, así como también el debido reporte de resultados del mismo. El Círculo de Mujeres es una propuesta manejada por el área social del Gad Parroquial de San Joaquín  que busca generar espacios de convivencia y aprendizaje con mujeres pertenecientes al sector. La misma se encuentra conformada por 15 mujeres, identificadas como madres cabeza de hogar, con edades de entre 16 y 55 años, las cuales al encontrarse una posición de doble rol en el hogar, son más propensas a sufrir situaciones de vulneración de derechos, que impiden su correcto desenvolvimiento en esferas como la familiar, escolar, laboral y social. En el presente periodo se contó con 11 miembros activas en las sesiones.

El levantamiento de información realizado en el diagnóstico inicial, fue realizado por  medio de grupos focales y entrevistas, las  cuales permitieron identificar problemas relacionados con la dinámica del grupo, el cual tenía una probabilidad alta de disolverse. Además, se logró identificar las necesidades del grupo con respecto a su desarrollo personal, y en el ámbito de la crianza. En respuesta a ello, se propuso como objetivo principal el “Generar un espacio que fomente el empoderamiento de las mujeres, desarrollando habilidades, y  reconociendo potencialidades de las participantes del Circulo de mujeres”, el cual se pretendió alcanzar mediante talleres y actividades enfocadas en el empoderamiento. Los talleres se enfocaron en fomentar espacios de participación y acompañamiento psicosocial, permitiendo a las mujeres expresar sus opiniones sobre diferentes temas y compartir experiencias entre ellas. Sin embargo, no se abordaron todos los temas planteados en el diagnóstico, pues existía una marcada sensibilización con relación a ciertas temáticas, como la autoestima y la violencia de género. La información recolectada dio paso a realizar un plan de intervención, mismo que fue ejecutado por medio de talleres, donde sus resultados serán expuestos a lo largo de este informe.


3.     DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA

Las mujeres rurales pertenecientes a la parroquia San Joaquín enfrentan barreras estructurales con respecto a su papel en la sociedad, además de  desafíos dentro de sus propios hogares, debido a que deben cumplir con las labores en el campo o sus empleos, al asumir la responsabilidad del cuidado del hogar, de los hijos y de quienes conviven con ellas, destinando 9 horas y 25 minutos más que los hombres al trabajo doméstico interno (Flores y Sigcha, 2020).Por lo cual, ha sido esencial generar espacios sociales de apoyo a las mujeres rurales, que fomenten su autonomía, autoeficacia y empoderamiento.

Las metodologías que se implementaron durante la realización de cada  uno de los talleres, fueron: el FODA para definir y contextualizar la problemática del Círculo de Mujeres, el árbol de los sueños que se dividió en tres elementos, los miedos se colocan en las raíces, en el tronco se encuentran los compromisos y en las ramas se encuentran los sueños. Para complementar la información obtenida por estos medios, se utilizó la observación participante con el fin de analizar la realidad desde la perspectiva de quién vive el día a día en el área a intervenir y la entrevista semiestructurada a actores clave, como a la psicóloga social del GAD para conocer su perspectiva profesional del Circulo de Mujeres. 

En el transcurso de la realización de talleres en las PL1CS, han existido diversos obstáculos que han afectado su desarrollo, como una restricción respecto al número de miembros del grupo, ya que únicamente participan nueve mujeres. Estos desafíos incluyen la falta de compromiso por parte de algunas participantes en el Círculo de Mujeres, evidenciada mediante llegadas tardías o, en ocasiones, ausencias completas en las reuniones. La comunicación asertiva también ha sido un problema, generando conflictos dentro del círculo y afectando la participación de las mujeres, lo cual ha resultado en una disminución del número de integrantes, representando un retroceso para el grupo. Esta falta de cohesión incide negativamente en la eficacia general del círculo. Además, algunas integrantes enfrentan situaciones de subempleo y subsisten día a día con sus ingresos, lo que complica su participación en los talleres. Esta dificultad se agrava los martes, ya que es el único día de impartición de los talleres, y aunque se intenta ofrecer un horario flexible, esta limitación persiste como un obstáculo para que posibles nuevas integrantes se unan al grupo.

Durante algunos talleres, las participantes expresaron su inconformidad con la situación, destacando que no consideran justo seguir asistiendo si no hay una asistencia completa. Esto se debe a que deben sacrificar sus actividades productivas para participar en las reuniones, lo que gradualmente ha contribuido a la desvinculación de más mujeres del grupo. Por lo tanto, es esencial abordar esta problemática, ya que la confianza y el respaldo son elementos fundamentales para construir un grupo de apoyo sólido que facilite el desarrollo integral de todas sus integrantes. Con este fin, se propone la implementación de talleres de mediación para abordar el problema desde su raíz, generando estrategias de afrontamiento grupal que fortalezcan la cohesión y promuevan la participación activa de todas las mujeres en el círculo.

De igual manera, es crucial señalar que otra dificultad se presenta dentro del mismo conjunto conocido como el "Círculo de mujeres". En este caso, tres de las integrantes ya no se consideran en una situación de vulnerabilidad; por el contrario, se percibe que han alcanzado un estado empoderado. Esto se debe a que han adquirido un completo conocimiento sobre diversos temas, como violencia, parentalidad e inteligencia emocional, entre otros.

Este aspecto tiene un impacto negativo en el desarrollo de los talleres, se ha notado que las demás participantes se sienten cohibidas y no se atreven a plantear preguntas pertinentes acerca de las dudas que puedan surgir durante las sesiones. Esto afecta la continuidad adecuada del proceso de empoderamiento para las otras participantes, dándose un estancamiento.


4.     OBJETIVOS

Objetivo general

Fortalecer el grupo Circulo de mujeres en la parroquia San Joaquín como red de apoyo para la prevención de la violencia.

Objetivos específicos

Promover el reconocimiento de recursos y capacidades del grupo y de sus integrantes 

Elaboración de recursos y guías para el acompañamiento de los procesos de facilitación con mujeres 

Fomentar la creación de una asociación de mujeres líderes


5.     METODOLOGÍA, PROCEDIMIENTOS Y ESTRATEGIAS.

5.1 Fundamento Teórico

Una vez identificadas las problemáticas del grupo como la limitación respecto al número de integrantes del grupo, la falta de unión y comunicación entre las participantes, al igual que la impuntualidad en la asistencia a los talleres que ha traído como consecuencia mucho malestar dentro del círculo, se ha considerado fundamental implementar metodologías participativas que promuevan la participación, integración, y fortalecimiento de las integrantes del Circulo de Mujeres, a la vez que se promueve el empoderamiento femenino, para lo que se implementó el Modelo Ecológico de las Coaliciones Comunitarias y el Empoderamiento de Foster-Fishman et al (2001).

Estos autores definen a las coaliciones comunitarias como un conjunto de personas, agrupaciones sociales, administraciones, recursos técnicos, etc; que desde la cooperación, diseñan e implementan acciones encaminadas a la resolución de sus problemas. De esta manera se busca generar un intercambio de recursos que permitan mejorar la capacidad individual, organizacional y comunitaria para el abordaje de problemas sociales, mientras se construye un sentido de comunidad y se promueve el compromiso con el entorno (Blanco y Rodríguez, 2007). Además, este modelo nos permite promover el empoderamiento de la población a través de la mejora de la calidad de vida, la participación social y toma de decisiones (Martínez y Martínez, 2004).

Este modelo está compuesto por 4 niveles de análisis: el individual asociado a las habilidades, conocimientos, motivaciones, actitudes y  activación de las competencias, el relacional asociado a la necesidad de establecer relaciones internas y externas positivas, el nivel organizacional relacionado a la asignación y asunción de responsabilidades y roles y un sistema de comunicación eficiente. Y finalmente el nivel operativo que busca desarrollar competencias para orientar el diseño e implementación de programas.  

De esta manera, el modelo de coaliciones comunitarias propone primero delimitar la problemática dentro del contexto, el mismo que nos proporciona información sobre los modelos de conducta, apoyo y organizaciones que nos permitan hacer frente al problema a tratar. A partir de esto se busca hacer que las personas se perciban como líderes comunitarios con capacidad de generar un cambio frente a la problemática. Y finalmente, se busca integrar a la persona en organizaciones en donde tenga roles participativos y pueda expresar sus nuevos valores, habilidades, ideas y experiencias, es decir, se busca constituir el cuerpo social que considere la historia previa de la comunidad (Martínez y Martínez, 2004).

Es así como a través de la aplicación de este modelo, se busca generar un empoderamiento en las integrantes del círculo, para que a partir de ello,  las mujeres tengan la capacidad de generar un cambio en sus problemáticas con ayuda del GAD que les brindará las herramientas, conocimientos  y espacios necesarios.

Con respecto a los talleres, se utilizó una metodología participativa que permitió la participación activa de todas las integrantes del círculo, permitiendo que sus voces sean escuchadas. Es así como una de las estrategias desarrolladas fue la creación de un texto guía con actividades orientadas al empoderamiento y desarrollo de su plan de vida. Estas actividades se realizaban tanto dentro como fuera del espacio del “Círculo de Mujeres” y sus ejercicios prácticos permitieron que las participantes reflexionen sobre sus metas, sueños, deseos y los pasos necesarios para alcanzarlos.


5.2 Adaptación a la realidad contextual social - comunitaria

Para fomentar la participación de las integrantes del círculo se realizaron modificaciones en la modalidad en la que se brindaban los talleres, pues inicialmente se basaban en psicoeducación a la población en diferentes temáticas en donde no existía mucha participación por parte de las integrantes del grupo. Sin embargo, se implementaron actividades dinámicas que nos permitan tratar los temas de manera más dinámica para que existe una mayor cohesión grupal y se elaboró un texto guía con diferentes actividades orientadas al empoderamiento femenino, en donde cada integrante debía llenar las actividades planteadas y se enganchaba más a seguir asistiendo a los talleres para no perder la continuidad en la realización de las tareas del texto.

Además, para tratar la problemática de la escasez de integrantes en el grupo se realizaron visitas domiciliarias, pero, al ver que no existía apertura por parte de la población, se decidió pegar posters en lugares estratégicos como la parada de bus y distintas calles del sector.


6.   PARTICIPACIÓN Y EMPODERAMIENTO DE ACTORES EN EL PROCESO

Al ser el presente proyecto implementado en un espacio en específico, se trabajo con los mismos actores durante todo el proceso, por lo que es posible analizar como evolucionaron las dinámicas. 

Los primeros actores presentados en el proyecto fueron el Tec. Soc.  Boris Farez y la Tec. Soc. Jessica Quizhpi, los cuales se encuentra actualmente a cargo del proyecto “Circulo de Mujeres”. Ellos se encargaron a supervisar las planificaciones y las actividades que se llevaron a cabo en el semestre. A su vez, fueron nuestro primer contacto con el entorno, en espacial desde la mirada de Boris, pues el se encuentra más tiempo en el GAD y ya es prácticamente amigo de las mujeres del círculo. Boris siempre ha estado al tanto de los procesos dados con el “Circulo de mujeres” llegando en ocasiones a ser hasta parte de los talleres como integrante, esto nos permitió que sus retroalimentaciones fueran mucho más personalizadas, y no solo desde una visión de lo teórico presentado en los cronográmas.  Por otro lado, Jessi fue un gran aporte en los procesos de realización de algunos talleres, facilitandonos los materiales y los espacios. En el caso de la devolución de datos, ellos estuvieron a favor de lo obtenido en el primer levantamiento de información, así como de las bases de intervención que se dieron a lo largo del semestre.

La psicóloga del GAD, la Psi. Soc. Samantha Chica fue otro de los actores relevantes en el proceso que se llevó a cabo. Samantha nos ayudó con la primera contextualización del grupo “Circulo de Mujeres” pues ella ya lleva trabajando con el grupo por más de un año, además de ser una de las partes fundadoras del proyecto en San Joaquín.  Ella fue nuestra principal fuente de comunicación pues conocía a las personas que asistirán a los talleres, además de que ella nos introducía a la población y daba de conocer los objetivos de los talleres a darse. A su vez, nos dió una guía general sobre los temas que se deberían abordar en la planificación, incluso una parte de su planificación de trabajo ya establecida fue una pieza fundamental para la implementación de nuestra intervención. Finalmente, Samantha fue la persona con la que más se compartio espacio, ya que, con ella se hacía todo desde el inicio, siendo de gran ayuda gracias a su experiencia. 


Finalmente, los actores principales del proyecto fueron las mujeres del “Circulo de Mujeres”, ellas fueron las que dieron vida a lo planificado. En el presente semestre, se empezó con 5 mujeres activas, pero luego se culminó con un total de 11 mujeres. Con ellas, se logró compartir buenos momentos, resaltando la navidad y el fin de año. Del grupo se pueden destacar a 4 participantes, siendo la más representativa Verónica, la presidente del grupo. Verónica es la miembro más activa del grupo, y en la que es posible notar su mayor desenvolvimiento y dominio de temáticas, gracias a su proactividad es más fácil el fluir de los talleres. Rosa es otra de las integrantes más activas del grupo, ella ha ejercido como tesorera para el circulo, y es muy cercana a la señora Verónica. La señora Rosa si bien no es muy proactiva en todos los espacios, siempre trata de dar sus opiniones, a su vez de demostrar con su ejemplo de vida la importancia de estos espacios para el empoderamiento femenino. Finalmente destacamos a la señora Norma, ella es la nueva integrante del grupo pero cuenta con experiencia, gracias a que ya pertenecia a esta clase de espacios con anterioridad. Norma ha sido fundamental en ciertos espacios, pues tiene una mirada bastante neutral y nueva sobre el grupo, lo que permitió dar  frecura a las dinámicas que ya existían con las integrantes anteriormente. 


7. RESULTADOS

Cuantitativos

Talleres realizados durante los meses de octubre a diciembre, en donde el primer mes estuvo orientado a tratar temas asociados al autoestima, violencia y rutas y protocolos a seguir en caso de violencia.

Durante el mes de noviembre se realizaron 5 talleres enfocados en el tema del empoderamiento femenino, formulación de metas y objetivos de su plan de vida e identificación de recursos y fortalezas. Finalmente, en los talleres del mes de diciembre se abordaron temas como liderazgo y redes de apoyo.

Se evidenció un aumento significativo respecto a la cantidad de asistentes a los talleres realizados, en donde el primer taller contó con la participación de 4 mujeres y durante los últimos 3 talleres se contó con la asistencia de 13 participantes del Círculo de Mujeres de San Joaquín.


Cualitativos:

7.1  Desde la mirada del equipo

Durante la ejecución del proyecto existió mucha responsabilidad por parte del equipo en cada una de las fases, tanto desde el acercamiento al Gad parroquial de San Joaquín y al Círculo de Mujeres para conocer el contexto, las problemáticas y las temáticas a abordar como hasta la planificación y ejecución de las actividades propuestas en donde siempre existió el respeto necesario hacia la población y las temáticas abordadas.

Además, a pesar de los inconvenientes presentados por la escasa participación, como equipo logramos adaptar las metodologías para hacerlas más participativas y lograr el interés de las participantes para que todas ellas asistan a todos los talleres, y de esta manera logramos incrementar las participantes de 5 que acudían inicialmente a 12 que acudieron a los últimos talleres brindados.


7.2  Desde la mirada de los actores

En este proyecto participamos inicialmente con 5 mujeres en condición de vulnerabilidad de la parroquia San Joaquín, sin embargo, con el pasar del tiempo esta cantidad se duplicó, por lo que contamos con la participación de 11-12  mujeres en cada taller.

Es así como resulta fundamental resaltar el involucramiento de la población dentro del proceso, quienes supieron mencionar que las actividades realizadas durante el proceso de prácticas fueron muy beneficiosas, pues las distintas temáticas abordadas como autoestima, violencia, empoderamiento, etc, les ha servido de apoyo para saber qué quieren lograr en su vida y para reconocer que tienen las capacidades para cumplir con sus objetivos y tomar decisiones.

También mencionaron que los talleres les han servido para reconocer su capacidad de ser independientes y empoderarse para su futuro en distintos ámbitos como el académico, en el hogar y en sus emprendimientos.


8.     DISCUSIÓN

La problemática con la que se trabajó de forma más directa fue el empoderamiento de las mujeres, por medio del establecimiento de metas a largo plazo y el reconocimiento de recursos personales y del entorno para lograrlo, a su vez, se trató de trabajar con los problemas de unión del grupo, como resultado de la baja participación y compromiso de las mujeres del grupo, así como la  poca percepción del apoyo emocional.

El concepto de empoderamiento que se manejó fue el de  Zapata, et al. (2002) que lo entiende como el “proceso que inicia dentro de la persona y que la capacita para autoevaluarse, cambiar, crecer y buscar mayor autonomía”. A partir de ello, nuestro trabajo se centró en el reconocimiento de recursos y metas a largo plazo, las cuales se materializaron en un plan de acción. La importancia del crear un plan de acción radica en proporcionar una hoja de ruta clara con respecto a lo que se hará para alcanzar lo propuesto. Un plan de acción ayuda a definir las actividades y tareas necesarias, establecer plazos, asignar responsabilidades y monitorear el progreso hacia las metas a largo plazo (Head Start, 2018). De esta manera, cuando se busca alcanzar las metas, el camino es más claro, y la sensación amenazante que se suele afrontar es menor. 

De igual forma, las actividades trabajadas se dieron en función de fortalecer a las mujeres a nivel personal, como a nivel grupal. Es importante reconocer la importancia de fortalecer esta clase de espacios, pues por ello es posible la creación de redes de apoyo que pueden combatir a la violencia. Tizón (2020) menciona que la importancia de fortalecer un espacio seguro radica en cómo la contención emocional permite a las personas  recuperar el equilibrio y su resiliencia, a su vez, el compañerismo que puede darse en espacios de apoyo, genera que las mujeres muestren mayor cohesión grupal.  A su vez, Medina (2007) menciona que el empoderamiento requiere de iniciativas externas que incidan a nivel individual, social y gubernamental.

Las mujeres están expuestas a situaciones de vulneración de derechos, más si se encuentran transversalizadas por aspectos como la economía, la raza, los estudios, etc. Por ello, es importante la implementación de grupos de apoyo social, que permitan la convivencia y el compartir de experiencias entre integrantes, pues es lo que permite la creación de redes, que en este caso se fortalecen por el soporte técnico que se recibe por medio de los talleres técnicos y de psicología. Herrero y Rodríguez (2012) mencionan que el apoyo social es indispensable para superar problemas, en especial los relacionados a temas de violencia. 

Finalizamos mencionando que se logró concretar con los objetivos planteados, ya que se vió de forma tangible un mejoramiento en las dinámicas grupales en el grupo, así como un aumento considerable en el número de integrantes. Recomendamos mantener el grupo, ya que se ve los resultados de mejora en la vida de sus integrantes.


9.     CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

El proyecto del “Círculo de mujeres” ha centrado sus objetivos en generar espacios de participación femenina, para generar un empoderamiento tanto individual como grupal, con el fin de potenciar las habilidades de las participantes, impulsando el desarrollo de un plan de vida, que les permita visibilizar las metas que quieren alcanzar en los diferentes ámbitos de su vida, ya que,esto no solo promueve la justicia social, sino que también impulsa el progreso económico, la estabilidad comunitaria y la mejora de la calidad de vida en general.

Respecto al modelo que se utilizó durante la intervención fue el Enfoque Ecológico de las Alianzas Comunitarias y el Fortalecimiento, que brinda un marco comprensivo al abarcar dimensiones individuales, interpersonales, organizacionales y operativas. Además del diagnóstico, en el cual, se llevó a cabo un análisis exhaustivo de la situación actual del Círculo de Mujeres, se identificaron obstáculos como la carencia de comunicación y cohesión en el grupo, por ende, se buscó promover la percepción de las participantes como líderes comunitarios, con la capacidad de catalizar un cambio frente a la problemática, y elevar el número de participantes.

Posteriormente, se adoptaron metodologías cualitativas, tales como las participativas, incluyendo el análisis FODA, la implementación del "árbol de los sueños" junto con la observación participante, permitió comprender la realidad de la población en la zona de intervención. Este enfoque nos facilitó también entender los procesos de interacción a medida que se iba construyendo la confianza con las mujeres, y el modelo teórico seleccionado, estableciendo así un sólido marco para la exitosa ejecución del plan de intervención planteado.

Con relación, a la parte cuantitativa, se aplicó la Escala para Medir Agencia Personal y Empoderamiento (ESAGE) como pretest, revelando que el 40% de las participantes poseen un alto nivel de empoderamiento en áreas como participación, reconocimiento de autoridad, resolución de conflictos y proactividad, así como en el ámbito de agencia personal. Desde el diagnóstico hasta la intervención, se observaron cambios positivos a nivel grupal e individual. 

Además, se realizó un crograma de manera sistemática en un calendario de tres meses, proporcionando detalles sobre las actividades, indicadores de éxito, métodos, responsables y horarios.  Además de las sesiones de psicoeducación, se han integrado momentos de ocio, como visitas a lugares que promueven el empoderamiento, celebración de eventos festivos y la realización de actividades recreativas para fomentar el disfrute de las participantes, esta estrategia ha resultado en un aumento sustancial en la participación, evidenciado por la asistencia de 11 mujeres a los talleres.

No obstante, es imperativo abordar las problemáticas que no se habían tratado desde el inicio de la creación del grupo,  como comunicación asertiva en el Círculo de Mujeres para mediar conflictos, tarea que debe llevarse a cabo de manera conjunta con las mujeres y las autoridades correspondientes, debido a que este factor, generó una nueva dinámica grupal, afectando la organización y recuperación del Círculo de mujeres.  


Recomendaciones


Mejorar la comunicación asertiva del grupo mediante la mediación de conflictos.

Flexibilizar los horarios y días de los talleres para adaptarse mejor a las necesidades del grupo.

Ampliar la inclusión en el círculo de mujeres, más allá de aquellas en situación de vulnerabilidad.

Fortalecer, a través de talleres, las áreas en las que las participantes obtuvieron puntajes bajos según los resultados de la Escala para Medir Agencia Personal y Empoderamiento (ESAGE). 


10.  BIBLIOGRAFÍA


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Foster-Fishman, P.; Berkowitz, S.L.; Lounsbury, D.W.; Jacobson, S. & Allen, N.A. (2001). Bulding Collaborative Capacity in Community Coalitions: A Review and Integrative Framework. American Journal of Community Psychology, 29 (2), 241-261


Flores, J., y Sigcha, C. (2020). Las mujeres rurales en Ecuador. Mujer Rural y Derecho a la Tierra. https://d3o3cb4w253x5q.cloudfront.net/media/documents/mujeres_rurales_en_ecuador_0.pdf 

Martínez , M. F., & Martínez , J. (2004). Coaliciones comunitarias: una estrategia participativa para el cambio social. Psychosocial Intervention, 12 (3), 251-267.

Medina, Venus. (2007). El empoderamiento de la mujer y la acción colectiva. Revista Venezolana de Estudios de la Mujer, 12(29), 49-62. Recuperado en 23 de enero de 2024, de http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-37012007000200005&lng=es&tlng=es.

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